domingo, 15 de diciembre de 2013

Hemodendrósera y "Próximos proyectos"

Entre mis próximos proyectos estoy barajando la del Creeper de la película Jeepers Creepers, Mothman el hombre polilla, protagonista de decenas de informes y leyendas que han fundamentado su merecido lugar en el mundo de la criptozoología, seguramente dejaré su origen en la incógnita, el Chupacabras, para el que existen 3 orígenes, el extraterrestre, el animal y el vampírico, tratando yo los 2 primeros y descartando el último, que se trata en el manual del clan Gangrel de Vampiro la Mascarada.

También me estoy planteando adaptar a los "hombres de negro", ya que han aparecido en muchos medios y han sido adaptados de muchas maneras. Men in Black, Matrix, Urban Chaos... lo cierto es que son una leyenda muy viva y hay que darles un lugar en MdT. Trataré de hacerlos lo más verosímiles posibles para que encajen en cualquier juego.



Hemodendrósera
La parte que surgía de la tierra, la cepa propiamente dicha, era vigorosa y robusta, y en la parte superior eran mujeres, totalmente perfectas desde la cintura.
       Luciano de Samósata , “Relatos Verídicos”
Leyenda
Aquellos hombres temían a la criatura de la que hablaban con pavor de tal manera que incluso nosotros, hombres de ciencias, sentimos cierto reparo al pedirles que nos permitiesen asistir a la ceremonia que con tanto esfuerzo habían estado preparando. Habían dispuesto una serie de instrumentos y ornamentos y contaban con la que el traductor nos había descrito como una sacerdotisa preparada especialmente para el acto. Marchamos cuando ya estaba oscureciendo. El sol pintaba de colores ambarinos y carmesíes el cielo y los salvajes que nos acompañaban sostenían largas antorchas que iluminaban a nuestro paso la frondosa selva en la que nos empezábamos a adentrar.
Cuando hubimos recorrido 4 o 5 kilómetros sucedió algo que nos dejó perplejos. Una serie de zarcillos trenzados, dotados de ventosas, espinas y hojas, empezaron a replegarse a nuestro paso, arrastrándose por el suelo como serpientes, hasta que llegamos al lugar del que parecían surgir todas aquellas ramas móviles que se retorcieron hasta construir una forma casi humanoide al pie de un enorme árbol cuyas ramas eran muy parecidas a los sarmientos que nos habían estado acompañando. Entonces los hombres empezaron unos cánticos que dejaron estupefacto a nuestro traductor. Rápidamente le preguntamos qué ocurría, y tembloroso nos dijo que iban a sacrificar a la sacerdotisa. De ninguna manera podíamos permitir que aquella primitiva gente asesinara a la joven en nombre de sus tribales supersticiones, así que desenfundamos nuestras armas y les apuntamos mientras le exigimos al traductor que les ordenara que detuvieran el ritual. La reacción no se hizo esperar, se arrodillaron, clavaron sus antorchas en el suelo y callaron.
La sensación de alivio que nos invadió duró apenas lo que tardó la joven sacerdotisa en colocarse bajo el árbol. Las ramas y los zarcillos descendieron y acariciaron la piel suave y oscura como el ébano de la muchacha, produciéndole, al parecer, un gran placer. Entonces las misma empezaron a enroscarse rápidamente en sus brazos y piernas, rasándole las espines y adhiriéndose a las llagas y las laceraciones las ventosas. La joven no dejaba de gemir de placer y en un instante estaba cubierta por aquellas culebras vegetales que se introducían y salían por todos los orificios de su cuerpo. La visión era espantosa y enfermiza, la vegetación devoraba poco a poco a la joven desde dentro y fuera de su cuerpo al mismo tiempo hasta que empezaron a salir despedidos de aquella masa verdosa y sanguinolenta los huesos de la joven, completamente limpios y llenos de arañazos. Salimos corriendo de aquel lugar, regresamos a Londres y jamás volvimos a aquel horrible lugar.


Descripción
La hemodendrósera es una criatura perteneciente al reino vegetal cuyo origen es totalmente incierto. Algunos magos y taumaturgos reclaman su autoría a la hora de diseñar y crear este monstruo, aunque en realidad nadie ha podido jamás recrear el ritual mediante el cual pudo originarse esta extraña forma de vida. Científicamente hablando, se ha demostrado que la hemodendrósera no pertenece a la familia droseraceae y tampoco tiene relación con ninguna planta conocida, aunque se posee la certeza de que se trata de un vegetal, y no de un animal cuya morfología pueda inducir al error. Estas plantas de hábitos hematófagos pueden adquirir la habilidad de volverse imperceptibles para el ojo humano mientras permanecen inmóviles, siempre y cuando dispongan de otros vegetales entre los cuales confundirse. Las hemodendróseras han sido localizadas o identificadas siempre alrededor de cultos a la madre naturaleza y tribus que ofrecían sacrificios animales y en ocasiones humanos a los ejemplares más poderosos de esta raza.
Se desconoce el tamaño real que pueden alcanzar las plantas de esta especie, pues pueden organizarse para formar árboles, y en ocasiones imitar seres más complejos, pero se sabe que pueden desprenderse de sus ramas para asegurar su supervivencia cuando se enfrentan a un enemigo que no pueden vencer. Las ramas forman nuevos ejemplares o se reagrupan formando un individuo totalmente nuevo y se adaptan con suma facilidad al nuevo hábitat en el que se encuentren.
Se tiene constancia de islas formadas únicamente por estas plantas que se desplazan por el océano detectando e interceptando náufragos y criaturas marinas de gran tamaño para consumirlas, al tiempo que se dedican a esquivar cualquier embarcación humana.
Los ejemplares más desarrollados pueden diferenciarse hasta dar lugar a depredadores botánicos carnívoros, hematófagos y en ocasiones humanoides. Criaturas parecidas a las dríadas nacen en ocasiones de estas plantas. Sus facciones perfectas y sus cuerpos de curvas generosas son armas que les permiten acercarse a sus presas con gran facilidad, y su piel suave y verdosa con motivos rojizos poseen la capacidad de absorber sangre desde cualquier punto de su cuerpo al más mínimo contacto. Algunas hemodríadas pueden incluso desarrollar ojos, habla y capacidad para desplazarse a pie.
Destino futuro
Los árboles hematófagos se empezaron a extinguir en el siglo XVI sin motivo aparente, aunque algunas fuentes confirman que el árbol tuvo duros enemigos como la Tecnocrácia. Llegó un momento en el que cualquier árbol que creciera cerca de algún asentamiento humano moría sin explicación, marchitándose rápidamente sin posibilidad de huir. Originalmente estos árboles fueron utilizados en distintos rituales sacrificiales e incluso fueron utilizados de manera ornamental y como protección por vampiros de todo el mundo.
Su peculiar forma de reproducción ha facilitado su supervivencia, por escasa que sea, en regiones muy aisladas de Asia, África y América. También existen islas flotantes que se desplazan en busca de presas ocultas a los ojos de la humanidad.
En "La vida de Pi" aparece una isla formada por Hemodendróseras de caza pasiva
Imagen
Las hemodendróseras están compuestas por un grueso tronco verde de hasta 4 metros de circunferencia y llegando a alcanzar una altura de 13 metros, aunque se desconoce si pueden crecer más, dado que desde cualquier parte del tronco pueden crecer ramas flexibles y trenzadas que poseen espinas muy afiladas, ventosas y hojas, y éstas tienden a cubrir el tronco en la parte superior del mismo, dejándolo completamente cubierto y protegido. Las raíces son muy profundas,  y bajo el tronco crece un bulbo que se llena de sangre a modo de reserva. De estas raíces se puede extraer una substancia que puede conservar la sangre durante meses. Las hojas poseen bordes aserrados, son muy suaves y terminan en una única punta.
Las hemodendróseras pueden producir un fruto parecido a la uva de color burdeos, muy dulce y que fermenta en la propia planta pasadas unas semanas. El propio fruto contiene tanto alcohol que un solo racimo podría matar a un hombre adulto, aunque es considerado como un manjar por los pocos que han logrado probarlos. De hecho la fruta no es más que un sistema de caza.
Arthur Rackham - 1920
Una hemodríade posee apariencia humana, aunque su belleza es casi divina, su color es verde pálido y posee motivos rojizos en su piel. Las formas sugerentes de las hemodríades no tienen ninguna función biológica, y la mayoría no poseen más sentidos que el del tacto y un oído rudimentario basado en la percepción de las vibraciones mediante el tacto. No obstante algunas desarrollan todos los sentidos comunes y una especie de telepatía.
Al abrir una hemodendrósera nos encontramos con que sus músculos son en realidad un complejo sistema de válvulas y depósitos de líquido que hacen moverse la planta de manera hidráulica variando la presión.
Sugerencias de interpretación
La hemodendrósera común se comportará como cualquier depredador animal. Permanecerá oculto a su presa, agazapando sus zarcillos y permaneciendo inmóvil, camuflándose con su entorno hasta estar lo suficientemente cerca como para lanzar un ataque certero. Las hemodríades se desarrollan lentamente, primero siguen el patrón de sus familiares arbóreos, pero con el tiempo y tras definir su estructura de apariencia femenina empiezan a definir patrones de caza distintos en los que utiliza la seducción y el cortejo de las presas humanas. Las hemodríades completamente desarrolladas pueden desarrollar sentimientos primitivos, una inteligencia comparable a la del ser humano, empatía y habla. Éstas serán más independientes y podrían variar su comportamiento para dejar de ser meros depredadores.
No obstante la hemodríade no puede sentir amor por un ser humano de la misma manera que una planta carnívora no siente amor por el insecto que se acerca a polinizarla y acaba en sus fauces. Las hemodríades pueden sentir apego, pero no por criaturas mortales y su comportamiento no tiene porqué ser necesariamente femenino. Pueden comportarse de manera asexual o masculina sin ningún problema.

Rasgos de la Hemodendrósera
Los rasgos mencionados son los de las ramas y los zarcillos del árbol, ya que el tronco en sí no se puede mover.
Atributos: Fuerza 2/5, Destreza 2/3, Resistencia 1/3, Percepción 2, Astucia 2/4.
Habilidades: Alerta 4, Intimidación 3, Pelea 2, Sigilo 4.
Elemento: Madera (Depredador vegetal).
Niveles de Salud del tronco: OK, OK, OK, OK, OK, OK, OK, OK, OK, OK, Incapacitado.
Niveles de Salud de los zarcillos: OK, OK, -1, -1, Incapacitado.
Ataques/Poderes: X
Rasgos de la Hemodríade
Los rasgos mencionados son los de una dríade desarrollada completamente pero joven y una dríade desarrollada completamente y experimentada.
Atributos: Fuerza 3/6, Destreza 2/4, Resistencia 6, Carisma 1/2, Manipulación 4, Apariencia 3/6, Percepción 2/5, Inteligencia 1/4, Astucia 4.
Talentos: Alerta 3, Atletismo 1/3 Consciencia 2/4, Esquivar 1/3, Empatía 0/2, Intimidación 3, Pelea 1/3.
Técnicas: Depredación 2, Esconderse 5, Evasión 3, Forrajear 5, Sigilo 1/3, Supervivencia 3.
Conocimientos: Cultura de las Bestias 1, Herboristería 3/6.
Trasfondos: Años 2, Arcano4.
Elemento: Madera (Vergel zoofílico).
Fuerza de Voluntad: 10.
Niveles de Salud: OK, OK, -1, -1, -3, -5, -5, Incapacitado.
Ataques/Poderes: Mudo/Habla Humana, Voz Encantadora[1], Aspecto Extraño (5), Tímido, Apetito Extravagante (2)[2], Compulsión (4)[3], Vulnerabilidad (4)[4], Púas y aguijones[5], Color de Camaleón (6)[6], Curación Rápida[7], Flexible[8], Restauración (6)[9], Toque Elemental (15)[10], Elixir[11].
Personaje de Batman, DC cómics


[1] Tan solo contará con este don la hemodríade con capacidad para hablar. Éste mérito facilita la acción de persuasión.
[2] Sangre, preferiblemente humana, aunque no es imprescindible. La pueden beber a través de la piel o la boca si tienen.
[3] Se ven obligadas a defender los bosques en los que viven.
[4] El fuego es mortal para ellas, también la civilización y el progreso tecnológico.
[5] Puede hacer salir de tu piel pinchos con forma de anzuelo o aguijón que hacen Fuerza + 2 (dif. 6).
[6] Puede variar su color entre las distintas gamas de verde y resaltar u oscurecer sus manchas rojizas.
[7] Curarse le cuesta la mitad de tiempo de lo normal.
[8] Suma +2 a las tiradas de Esquivar y Presa.
[9] Debe ser reducida a cenizas para morir definitivamente y en cuestión de días puede recuperar extremidades.
[10] Las hemodríades pueden percibir y manipular las plantas y la vegetación a su alrededor. Debe pasar una tirada de Manipulación + Consciencia (dif. 6-9 dependiendo de la cantidad de elemento que quiere percibir o manipular).
[11] Beber la sangre de una hemodríade produce el mismo efecto que una borrachera, pero cura un daño agravado. Gastando un punto de fuerza de voluntad puede producir un racimo de uvas con la misma substancia en su interior, aunque arrancarlo le producirá un gran dolor.

Curiosidades 
Aparece en el libro de Secretos del Narrador de Edad Oscura, en el Capítulo Cuatro: Amigos, Enemigos en la página 88.

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