Las bakcheias son en realidad creación mía y no hay ningún precedente en la mitología, sino que he creado yo mismo una quimera basándome en varias leyendas.
Las Bakcheias
Corre el vino a torrentes, dejando manchas
semejantes a la sangre; comienzan las conversaciones y las caricias obscenas.
—
Eliphas Levi , “Dogma y ritual de la Alta Magia”
Leyenda
Se dice que la cabra Amaltea amamantó
al mismísimo Zeus con su leche, que la poderosa Juna protegió los matrimonios
bajo la forma de una cabra, que las magníficas hieracoesfinges protegían los
templos egipcios y que el semidiós Pan, mitad cabra y mitad humano, fue
venerado en Arcadia al proteger a los rebaños y a los pastores para que
pudiesen alimentar a sus familias. Sin embargo, Pan también fue relacionado con
la fertilidad y el sexo, haciendo especial hincapié en el desenfreno de la
lujuria del hombre. La adoración a las cabras les confirió a estos animales
poderes que fueron representados por entidades como los faunos y los sátiros,
criaturas muy semejantes pero cuyos cometidos diferían en extremo. Los sátiros
eran criaturas perversas y sedientas de sexo que seguían a Dioniso, un dios del
vino obsesionado con el éxtasis, las orgías y los orgasmos, hasta el punto de
que él mismo poseyó a las Ménades, divinidades femeninas que le criaron y
alimentaron en el monte de Nisa, una ninfa a la que Hermes encomendó Dioniso
para que lo protegiese de la ira de Hera.
Las Ménades cayeron en una mística
locura tras consumar con Dioniso, volviéndose mujeres salvajes que vagaban en
busca de hombres de los que abusar sexualmente, a los que castigaban con
sufrimientos y placeres desconocidos para el resto de mortales, hasta el punto de
que estos hombres morían durante el éxtasis con estas mujeres, mutilados e
intoxicados mientras estas ninfas desenfrenadas ingerían su carne cruda y
desgarrada. Dioniso tenía la capacidad de otorgar lo que se conoció como “la
libertad de la normalidad”, un tipo de locura que según se especula podía
permitir la comunicación con las almas de los muertos.
Con la llegada del cristianismo, todas
las deidades relacionadas con las cabras fueron demonizadas y a sus adoradores
se les consideró herejes, hasta el punto de que realmente algunas de estas
criaturas se vieron obligadas a volverse malvadas. Las bakcheias crecieron
poderosas y aprovecharon los cultos herejes de los humanos para hacerse fuertes
y convertirse en verdaderos demonios. Capaces de dotar a los humanos con
algunos poderes de manipulación elemental del agua y el fuego, fueron los seres
que presidían los aquelarres y orgías que empezaron a surgir como culto a estas
entidades antaño benévolas.
Lo único que conservaron fue su
insaciable apetito sexual. Las bakcheias podían poseer los cuerpos de los
machos cabríos que se utilizaban para algunos rituales y fueron rápidamente
confundidas con demonios mayores como Satanás. De hecho, el mismísimo Baphomet
aprovechó este poder para presentarse en la Tierra. Baphomet, relacionado con
la última desdendiente de Jesucristo y María Magdalena degeneró desde una forma
muy semejante a la de Pan hasta convertirse en un demonio sádico y despreciable,
que es la que se conoce hoy en día popularmente. La inocencia y la pureza que
los cristianos arrebataron a las cabras jamás podrán ser devueltas y los
pecados cometidos por los que las sacrificaron para expiar sus ofensas solo
hicieron más poderoso su rencor.
Descripción
Las bakcheias nacen de la locura de
Dioniso en algún momento de su vida anterior a la aparición de los sátiros, y
estas criaturas fueron escogidas para representar la virilidad y la fertilidad.
Algunas eran protegidas y veneradas mientras otras eran sacrificadas a
distintas deidades para obtener su favor, fuera como fuese las bakcheias vivían
entre las cabras normales, lucían colores pardos y amarillentos en sus pelajes
y estaban contentas con la situación y el culto que las rodeaba. Sin embargo al
llegar ciertas religiones las bakcheias se vieron afectadas por los miedos y
odios de la gente, lo que las hizo cambiar y convirtió en los monstruos que son
ahora.
Ahora gobiernan las reuniones de
brujas, los aquelarres y las orgías, sirven de montura para demonios y
hechiceras y simbolizan la blasfemia y el mal augurio.
Destino futuro
Las bakcheias se han ido convirtiendo
gradualmente en espíritus capaces de poseer a los machos cabríos que se emplean
en aquelarres y sacrificios realizados correctamente. Vieron su auge durante la
edad Victoriana, cuando multitud de nobles y brujas se reunían en obscenos
bailes de máscaras que degeneraban en orgías heréticas.
Imagen
Las bakcheias son cabras velludas de largo y suave pelaje
negro y ojos rojos con una característica pupila alargada cruzando su iris de
lado a lado. Sus dentaduras parecen totalmente normales, excepto por el detalle
de que poseen caninos lobunos. Sus pezuñas negras y ásperas como el carbón
pueden ser silenciosas cómo las almohadillas de los gatos o sonoras como las
pezuñas de los caballos, están distribuidas en 3 dedos capaces de agarrarse
hasta en los terrenos más escarpados. Poseen cornamentas que pueden ser de 2 o
4 cuernos, enroscados o en espiral, hecho del mismo material que sus pezuñas e
increíblemente resistentes.
Para comunicarse pueden emitir los
balidos característicos de las cabras e incluso comunicarse en la lengua humana
del lugar en el que habite. Suelen desplazarse corriendo rápidamente de un
lugar a otro, aunque pueden modificar su forma para andar erguidas, conservando
su pelaje y su cabeza de carnero y algunas pueden incluso volar mágicamente,
aunque siempre sin dejar de trotar. Embisten y propinan coces sin piedad si se
ven envueltas en una pelea, pero también pueden emplear sus colmillos para
rasgar la carne de sus enemigos y sienten un gran aprecio por la sangre humana
y el vino.
Sugerencias de interpretación
Odias a la humanidad que te arrebató
el lugar que te corresponde en el panteón divino, y odias las religiones que
ten han convertido en lo que actualmente. Sabes perfectamente que si encuentras
al humano adecuado podrás formar un pequeño culto a tu alrededor que te haga
más poderoso, y podrás saciar tu apetito sexual con tus devotas feligresas
siempre que quieras, pero es arriesgado ponerse en pié y hablar en tierra
cristiana, aunque la nobleza y las afueras medievales siempre tendrán un lugar
para las criaturas como tú. Tu inteligencia y tu astucia son tus mejores
aliadas, así que solo necesitas un pequeño séquito o un poderoso aliado para
conseguir todo lo que quieras.
Rasgos
Atributos: Fuerza 4, Destreza 6, Resistencia 5,
Carisma 4, Manipulación 6, Apariencia 2, Percepción 6, Inteligencia 4, Astucia 3.
Habilidades: Alerta 2, Atletismo 5, Consciencia 3,
Empatía 3, Esconderse 3, Vuelo 2, Esquivar 1, Pelea 3, Acrobacias 3 (Montaña),
Intimidación 5, Evasión 1, Cultura de las Bestias 3, Lenguaje Animal 2,
Rastrear 3, Sigilo 2.
Elemento: Fuego (Juerguista lujurioso).
Fuerza de Voluntad: 6.
Niveles de Salud: OK x3, -1 x2, -2 x2, -3, -5,
Incapacitado.
Ataques/Poderes: Mordisco (4 dados), coz o pisoteo (4
dados), Cornada (6 dados)[1],
Estómago de Hierro, Sentidos Agudos (Olfato)[2],
Equilibrio Perfecto[3], Aspecto Extraño (1)[4],
Alas (5)[5],
Armadura (1)[6], Cambiaformas (4)[7],
Colmillos y Cuernos (5), Escudo Místico (1)[8],
Festín de Ortigas (6), Habla humana, Mesmerismo (3)[9],
Velocidad (5), Viaje Espiritual (10)[10],
Vinculación (4).
[1] Cornada
de Fuerza +4 tras una carga mínima de 10 metros.
[2] Resta 3
a la dificultad de cualquier tirada relacionada con el olfato.
[3] Suma 2
dados a todas las tiradas de Destreza relacionadas con el equilibrio y a todas
las de absorción de daño por caídas.
[4] Posee
ojos rojos que pueden brillar a voluntad y suma 1 dado a las tiradas de
Intimidación.
[5] Puede
cubrir hasta 20 metros por turno volando.
[6] Suma 1
dado a las tiradas de absorción por el pelaje.
[7] Puede
asumir forma humanoide. Si gasta 1 punto de F.V. puede asumir la forma humana
en 3 turnos.
[8] Dispone
de un dado para tiradas de contramagia.
[9] Debe
pasar una tirada de CAR + Intimidación (dif. 6) y conseguir éxitos igual a la
F.V. del objetivo.
[10] Puede
viajar al Inframundo y a las Tierras astrales.
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